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NOSOTROS

HISTORIA DE LA SOCIEDAD FILARMONICA DE LAS PALMAS

A principios del XIX proliferan en Europa una serie de asociaciones musicales con diferentes nombres hasta que el de sociedad filarmónica toma carta de naturaleza. Las primeras nacieron en la Europa central como en San Petersburgo, Londres, Berlín, Hamburgo, etc. Y de ahí pasan a América del Norte como en Nueva York o Toronto. Esta corriente llega al resto del continente americano con sociedades en Buenos Aires, México, Santiago de Chile y sobre todo en Cuba como Santiago, Matanzas, Cienfuegos, Villa Clara, cuando aún la isla era una provincia española de ultramar.

En Las Palmas, como consecuencia de la existencia de una capilla de música en la Catedral desde finales del XV y del ambiente musical que se venía gestando desde finales del XVII con la llamada orquesta de aficionados músicos se realizan tertulias y reuniones musicales en casas privadas. En 1809 José Palomino crea la Orquesta de Las Palmas con el fin de abordar repertorios musicales modernos con una serie de músicos ligados a la catedral. Al fallecer éste en 1810 se suceden una serie de directores hasta que en 1815 llega a Las Palmas el italiano Benito Lentini siendo nombrado maestro de capilla. La desaparición de la capilla de la catedral en 1828 debido a la disminución de las rentas por la división de la diócesis, hizo que sus músicos se organizaran en la población con una orquesta. Lentini fue el aglutinador de la orquesta de aficionados musicales y además, fue uno de los impulsores de la construcción del Teatro Cairasco que se inauguró en 1845 en cuyo edificio se establecería la sociedad Gabinete Literario. La obra del teatro llegó a ser fundamental para la creación de la Sociedad Filarmónica de Las Palmas ya que sirvió para consolidar la orquesta de Las Palmas y al mismo tiempo se crea una sección de música en el Gabinete. Los propios músicos de la orquesta son los que deciden fundar el uno de junio de 1845 la Sociedad Filarmónica de Las Palmas siendo los miembros de la inicial junta todos ellos consumados músicos con  José Afonso Álvarez  como presidente y director el propio Lentini. Los objetivos de la sociedad eran formar una orquesta estable, organizar conciertos y establecer una academia de música para la enseñanza de la misma. Pocos días después de su creación solicitan al Gabinete Literario les permita ocupar una sala del teatro e igualmente utilizar los atriles y bancos hasta que consigan los fondos necesarios para costear sus propios enseres y ubicación. Los músicos que habían formado la orquesta actuaban como complemento en las funciones religiosas y del teatro y como novedad añaden a sus actividades el organizar conciertos periódicos puramente musicales. El seis de noviembre de dicho año realizan el primer concierto con el fin de recaudar fondos para mejorar el instrumental de la orquesta y adquirir otros enseres.  La reorganización de la Sociedad tiene lugar en 1866 durante el mandato de Diego Mesa de León con la incorporación de las enseñanzas musicales en la Academia, germen de lo que más tarde sería el Conservatorio de Música, de tal modo que a partir de entonces los maestros contratados lo serán de la orquesta y también de dicha academia.      

         

Un hecho fundamental en la historia de la Sociedad Filarmónica de Las Palmas, siendo presidente Diego Mesa de León, fue la llegada a la ciudad de Bernardino Valle Chinestra en 1878 gracias a la recomendación de su maestro Emilio Arrieta y la gestión de Fernando de León y Castillo. Durante treinta años, hasta 1920, respaldado por su capacidad como director de la orquesta y compositor desarrolló una fructífera labor y fue un ejemplo de responsabilidad encomiable llegando a ser nombrado Hijo adoptivo de la ciudad donde fallecería en 1928.  

 

Esporádicamente se aprovechaba el paso por la ciudad de grandes instrumentistas o cantantes de ópera en su tránsito de Europa a América o viceversa para organizar conciertos extraordinarios que atraían gran cantidad de público. El caso más relevante de artistas foráneos que colaboraron con la Filarmónica es el del compositor francés Camilo Sant-Saens que durante sus siete temporadas invernales en Las Palmas a donde venia huyendo de los rigores del invierno europeo actuó con la orquesta y dio varios conciertos gratuitos con fines benéficos.  

   

Desde la segunda mitad del siglo XIX, la creación de una banda municipal en 1888 tuvo un impacto negativo en la decadencia de la sociedad al congelar el Ayuntamiento su asignación mientras se aplicaba un presupuesto creciente a dicha banda agravando la crisis económica de la entidad. En 1906 al examinar las cuentas cerradas del año anterior renuncia como presidente de la Sociedad Filarmónica Diego Mesa de León. Le sustituye su hijo el abogado Antonio Mesa y López cuyo mandato se prolongará hasta 1944. El déficit de la sociedad se arrastró durante muchos años pese a los esfuerzos de la directiva. A pesar de las enormes deudas y atrasos pecuniarios el maestro Valle se mostró fiel a la sociedad hasta que en 1920 decide renunciar a su cargo para aliviar económicamente a la filarmónica cuya existencia era ya un verdadero milagro. En 1923 siendo alcalde de Las Palmas Bernardino Valle Gracia, hijo del maestro Valle, suprimió la Banda municipal con lo que quedó aliviado el presupuesto municipal de la enorme carga que tal agrupación conllevaba y se pudo regularizar las cuentas con la Filarmónica.

A Bernardino Valle le sustituye su discípulo Agustín Hernández y al finalizar la década de los veinte se volvió a organizar la Banda municipal por el Ayuntamiento. Al ser nombrado como director de la banda municipal el propio Agustín Hernández y como la Academia de la filarmónica lo hizo también municipal y nutriera de músicos a la misma se consolidó la academia con presupuesto municipal, pero con ello la Filarmónica perdía protagonismo.

La guerra civil y después la segunda guerra mundial hicieron imposible cualquier iniciativa cultural. Además, en 1941 cuando la Sociedad Filarmónica notifica al Gobernador Civil los nombres de la renovada junta directiva este responde recusando a algunos de sus miembros por sus ideas políticas. Fueron siete años de inactividad de la SOCIEDAD FILARMÓNICA.

Gracias al espíritu emprendedor de Miguel Benitez Inglott y a la reunión de todas las fuerzas vivas de la música de la ciudad se pudo relanzar una Sociedad Filarmónica renovada aunque el verdadero impulsor fue el Gobernador Civil Plácido Álvarez-.Buylla, perteneciente a una ilustre familia ovetense con un linaje que desde Asturias se abrió al mundo. Creó un Patronado cuya presidencia de honor ostentaba él y una junta rectora siendo confirmado como presidente de la Sociedad Antonio Mesa y López. Desde 1944 los socios de a pie toman protagonismo y entran a forman parte de la junta directiva de la Sociedad sin las restricciones que tenían en el pasado.

En octubre de 1971 el conservatorio fue traspasado al Ayuntamiento ya que la Filarmónica no podía soportar tal cargo pasando a denominarse Conservatorio Profesional de Música. Por esas fechas la orquesta entró en situación crítica. Con bajos salarios los profesores faltaban a los ensayos y el propio director Gols pensó en municipalizarla para poder desarrollar libremente la Campaña de Conciertos Escolares. Al ser rechazada su programación para la temporada siguiente por su elevado presupuesto presenta la dimisión que le fue aceptada.

El traspaso del conservatorio al Municipio y la emancipación de la orquesta colocaron a la Sociedad Filarmónica en una situación nueva. Esta acaba convirtiéndose en un órgano gestor de conciertos para sus socios, dedicándose con más ahínco a la parcela de solistas y de cámara que hasta este momento había sido poco atendida. Desde entonces la Sociedad Filarmónica de Las Palmas, la más antigua de cuantas quedan en España, tiene en el horizonte del 2025 la celebración de los 180 años de su fundación continuando arropada por el respaldo de sus socios.

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